viernes, 23 de abril de 2010

El paro mata (1)

¿Por qué la sociedad no reacciona cuando hay parados que mueren de tristeza o se suicidan?

¿Quedarse en paro es motivo para el suicidio? Hay desempleados que no ven otra salida. Están desesperados y llegan a conductas extremas. ¿Son enfermos mentales? No, siempre. Aunque en la psiquiatría se argumenta que entre los que se suicidan está ya latente una enfermedad mental -en algunos casos hereditaria- hay suicidas que estaban muy sanos de mente antes de perder el empleo. De hecho algunos especialistas apuntan que precisamente el desempleo es la causa del deterioro de la salud mental. ¿Quién empuja a quien? España registró niveles elevadísimos de paro a comienzos de los años 90, aunque no hay datos de las consecuencias mortales (suicidios contabilizados) porque no se hicieron estudios o se guardaron bajo siete llaves.
Los suicidios a causa del paro en España han sido prácticamente silenciados y han pasado a formar parte de la imaginería popular. “Seguro que en España hay casos de suicidios por el trabajo, pero ni se conocen", declaró Adrián González, subdirector de Prevención de Riesgos Laborales de la Inspección de Trabajo(El País/10/10/09). Ante la falta de datos elocuentes se ha tejido una leyenda negra que ‘apadrina’ suicidios a causa del desempleo cuando no se encuentra explicación a determinadas muertes. De algunos conductores muertos en accidente se ha dicho que pasaban problemas laborales; de aquél hombre encontrado muerto por un coma etílico se presumía su expulsión del mercado de trabajo, de aquella joven fallecida por sobredosis se aventura que se echó en brazos de la droga cuando se quedó sin horizonte laboral. Un día pregunté a un amigo por un fotógrafo y me dijo que lo habían encontrado ahorcado en su domicilio. Víctima de una regulación de empleo, rondaba los 50, y la depresión había hecho mella en su ánimo. ¿Otro caso para la imaginería popular?
Hay españoles que han llegado al suicidio poco después de quedarse en el paro; otros ha muerto de tristeza meses o años después de haber sido prejubilados, otros han puesto fin a su vida ante el incierto futuro que se les abría. Un dato constatado: de los 1.500 trabajadores de Sintel, la antigua filial de Telefónica, acampados durante meses en el Paseo de la Castellana de Madrid para reclamar el pago de las nóminas siete se suicidaron y otros siete murieron de infarto. De estos suicidios nunca transcendieron detalles. Estos trabajadores sin horizonte, con un pie en la calle, habían llegado al límite y no tenían ganas de vivir. Desaparecieron de este mundo sin ruido mediático. Al contrario que varios inmigrantes cuya muerte violenta (que analizaremos más adelante) aún puede verse en la Red.
¿Cómo demostrar que la causa del suicidio es el paro? Como es obvio, no resulta fácil...(continuará)