lunes, 26 de abril de 2010

Golpear mortalmente la autoestima

“...¡Dios sabe –pensé- si todo esto me servirá para buscar una colocación! Estas múltiples repulsas, estas vagas promesas, estos “no” secos, estas esperanzas tan pronto nacidas como desvanecidas, estas nuevas tentativas que a cada instante se convertían en nada, habían consumido mi animosidad...”

Hambre/Knut Hamsun


200 veces no. Lo mismo da que fueran dos negativas. Golpear la autoestima del desempleado se ha convertido en un deporte nacional. Vicky Harrison (hoy noticia volátil en los diarios y pasto de la prensa amarillista) dejó una nota: "No quiero seguir siendo yo misma". Que triste mirarse al espejo y repudiarse. Hasta llegar al umbral del suicidio el desempleado recorre un dramático itinerario. El parado se desdobla entre el que era (aparentemente feliz cuando tenía empleo) y el que es (infeliz). Expulsado del mercado de trabajo deja de ser quien es (se convierte en un no trabajador). La autoestima es la gran pérdida. Transitar este camino no es fácil.
   El trabajo suele ser la fuente de casi todas las relaciones, incluida la amistad. El nuevo parado se castiga duramente: me he fallado a mi mismo. Al principio no le resulta fácil eludir las relaciones de familia (el hogar puede convertirse en un infierno), ni ausentarse a las citas con los amigos de toda la vida (aunque piense no me quieren a su lado, soy un apestado) ni cumplir ciertas convenciones sociales. Pero finalmente, desanimado, termina por volatilizarse de su entorno habitual. Derrotado anímicamente opta por marginarse y recluirse. Termina por convertirse en el ‘parado invisible’

Se suicida tras ser rechazada en 200 solicitudes de trabajo

Una joven británica de 21 años de edad se ha suicidado después de que la rechazaran en más de 200 solicitudes de trabajo. Vicky Harrison había soñado con una carrera como maestra o productora de televisión, pero perdió la esperanza de cumplir sus sueños, aseguró su familia. Un día después de su último rechazo, dejó escritas unas desgarradoras cartas a sus padres y a su novio, diciendo: "no quiero ser yo más", tras lo cual tomó una sobredosis de pastillas. Su muerte el mes pasado puso de relieve, según publica el Daily Mail, «el costo humano del más alto nivel de desempleo desde mediados de la década de 1990». (Recogido por ABC/25/04/10 a las 23:09).

Ahora hay que ahondar en las razones para que llevara a cabo tan trágica acción e incidir de nuevo en los presuntos trastornos mentales que, de entrada, se achacan siempre a quien decide acabar con su vida.