viernes, 14 de mayo de 2010

Inmolado sin enterarse

   Contra viento y marea, Zapatero decidió librar una cruzada en solitario contra el capitalismo salvaje. Haciendo oídos sordos a las alarmas y con el país en estado de ‘emergencia nacional’,el presidente repetía que no cederá ante el chantaje para recortar la cobertura social.
   “O hay una salida social a la crisis, o no la habrá”, fueron sus palabras.

“Que nadie quede abandonado a su suerte, aunque pierda su puesto de trabajo”, fue otra de sus promesas.
Si las hemerotecas no mienten, ya en marzo de 2008, Zapatero decía a los españoles: "Nuestra política es la adecuada. Los ciudadanos y empresas pueden mantener un margen de tranquilidad. Vamos a poner todos los medios para ayudar a los desempleados así como aliviarles de cargas hipotecarias. Se hará todo el esfuerzo posible".

   Zapatero advertía entonces a los que proponen recortes de salarios y de derechos que no "llamen a la puerta del Gobierno", porque su compromiso es ampliarlos, especialmente la cobertura por desempleo. El presidente hizo esta declaración durante la inauguración del 9º Congreso Confederal del sindicato CC.OO. Según el presidente, el Ejecutivo será "sensible y estará abierto" a las propuestas que los sindicatos hagan en el diálogo social en materia de cobertura por desempleo.

   La protección social (que los parados no queden al desnudo) fue el eje de su mensaje. Pero la realidad choca con sus deseos: por cada cuatro euros destinados a pagar prestaciones sólo se dedica uno al fomento del empleo y la recolocación de parados.

   Si se le preguntara el ciudadano de a pie responderia que prefiere trabajar a comer la ‘sopa boba’. Es consciente de que no puede estar toda la vida subsidiado y que está protección le aleja de la posibilidad de buscar trabajo.