martes, 14 de septiembre de 2010

La sopa boba

A este Gobierno y, sobre todo a su presidente, se le ha llenado la boca con el soniquete de no dejar desamparados a los parados.


   Los subsidios o prestaciones al desempleo –la sopa boba, como se le conoce popularmente- no son más que una muletilla para que el parado no se rompa la crisma. Pero esta caridad mal entendida al final acaba ‘narcotizando’ al que está sin empleo, que rumia sus propia cantinela: con esta limosna voy tirando, pago algunos recibos, me juego algo en bono-lotos por si el azar me sonríe…

¿Qué es más beneficioso enseñarle a pescar o traerle los peces? La respuesta es tan antigua como el hombre.