jueves, 16 de diciembre de 2010

Un cocktail letal

   La desesperación siempre lleva un arma en la mano. En España no hay medidas preventivas para evitar la locura transitoria. Casos como el de Olot tienen precedentes (muchos más de los que pensamos). Pero nadie toma nota para que no se vuelvan a repetir. Es fácil señalar al culpable (él solo se delata) pero nos resistimos a escarbar en el origen que lleva a tanta maldad.


   “Ni la desesperación más absoluta de una persona puede ayudar a hacer mínimamente entendible qué es lo que desencadena una acción tan terrible”, reflexiona José Antich, subdirector de La Vanguardia (La tragedia se ceba en Olot, 16.12.10). ¿Puede un problema económico convertir a una persona en un asesino múltiple? Expertos en psicología criminal y policías de homicidios consultados por El Periódico señalan que para que esa transformación se produzca es necesario que o bien la persona sufra de un trastorno psicológico previo o que el derrumbe económico le haya generado una situación de angustia incontrolable. De nuevo caemos en el análisis periodístico más superficial. Siempre se busca el brote de demencia cuando no se quiere ver lo más simple: un desesperado llevado al límite mata. Ahora se trata de ridiculizar al asesino de Olot (llevaba a veces una pistola de plástico y una insignia de sheriff). Por favor, seamos serios, hay cuatro muertos por medio.

   La crisis económica provoca un aumento del número de suicidios y asesinatos en los países afectados, mientras que, en cambio, se reducen los accidentes de tráfico. Ésta es la conclusión a la que llega un estudio publicado en la versión digital de la revista The Lancet. Según los autores del estudio, el paro es una de las causas principales del incremento de esas muertes, por lo que es clave poner en marcha programas de formación y reinserción laboral que ayuden a mitigar los efectos adversos. En el artículo, David Stuckler, de la universidad inglesa de Oxford, y Martin McKee, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, examinan cómo las diferentes crisis económicas sucedidas en las últimas tres décadas han afectado a la mortalidad en 26 países de la Unión Europea (UE). Aunque no puede ligar certeramente causa y efecto el estudio difundido por The Lancet apoya la tesis de que las dificultades económicas, y en particular el paro, guardan una relación directa con el incremento de los suicidios y los asesinatos. Por cada 1% de aumento del desempleo en los países analizados, ascendían un 0,8% los suicidios entre menores de 65 años, el mismo porcentaje que los asesinatos. En cambio, los accidentes de tráfico se reducían un 1,4%.

   Las reacciones a la pérdida del empleo variaban según las poblaciones, y estaban muy ligadas a los sistemas de protección social. Tal es así que en los países de Europa Central y del Este, donde hay menos ayudas contra el paro, la población está más expuesta a problemas de salud cuando el desempleo aumenta drásticamente.
   Y de los parados en situación límite a los asesinos hay una delgada línea. Coinciden en la desesperación: unos se suicidan a lo bonzo, otros matan. En casos extremos perdido el control y descartado el suicidio, puede llegar al homicidio o al asesinato.

   La mañana del 6 de febrero de 2001 Werner Braeuner (en la imagen de arriba), parado que habitaba en Verden, en la región de Bremen (Alemania), mató a Klaus Herzberg, responsable del Arbeitsamt local (equivalente alemán al INEM), que había suprimido sus prestaciones, su único medio de subsistencia. A comienzos de febrero este ingeniero recibió la notificación de la privación de sus prestaciones de paro. Como muchos desempleados en parecidas circunstancias, se ve tentado por la idea del suicidio. Pero el 6 de febrero va en busca de Herzberg, e incapaz de controlarse, le golpea hasta matarle. Poco a poco va tomando conciencia, del desastre que ha provocado: la muerte de un hombre, el dolor de la familia Herzberg y de la suya, la desgracia se precipita sobre su mujer y su hija….
   Los psicólogos tratan de encontrar las motivaciones para tanta crueldad. Y así se sabe que Werner ha vivido estos últimos años en una situación particularmente dura, que lo ha minado. Las dificultades materiales, la falta de espacio en su antiguo apartamento y las tensiones que se acumulaban, lo han obligado a una separación forzosa de su compañera. Unos meses antes del nacimiento de su hija, tuvo que buscar una habitación en un pueblo vecino. En verano solicitó un curso de formación, que se le concedió. Cinco meses después, a finales de noviembre, desmoralizado por el hecho de pasar la mitad del tiempo sin hacer nada, decidió dejarlo después de escribir -y hacer públicas- dos cartas en las que explicaba a Herzberg las razones de una decisión de la cual dependía el mantenimiento de sus prestaciones de parado.
  Pero Herzberg sin tener en cuenta los argumentos de Werner decidió darle de baja. Sumido en una situación psicológica que se agrava, sufriendo fuertes dolores de espalda, y abrumado por los embrollos administrativos, a comienzos de febrero recibe la notificación de la privación de sus prestaciones de paro. Sumido en el sentimiento de la injusticia sufrida, incapaz de controlarse, le golpea hasta matarle.

TITULARES QUE PUDIERON HABERSER EVITADO

El homicida de cuatro personas en Olot acababa de ser despedido/El País - 15/12/2010

Un parado irrumpe en una oficina de empleo armado con un cuchillo y palos/Efe.Valencia. 16/04/2010
Oficinas de empleo sufren hasta diez agresiones diarias de personas en paro/las provincias.es. 17.04.10
La alcaldesa de Roses dice, tras la agresión, que es "el peor día" de su vida. Un vecino que supuestamente la culpa por estar en el paro la ha agredido en un bar amenazándola de muerte/ La Vanguardia, 11/05/2010