martes, 1 de febrero de 2011

¿Cómo nos ven desde fuera?

   Ante las noticias tan negativas que recogemos y transmitimos de España uno no deja de interrogarse: ¿Cómo nos ven desde fuera?

   Una barrida por la Red enseguida focaliza dos visiones: la de una España en crisis (en la cola junto a Grecia, Portugal e Irlanda) y la de una España triunfadora por los Bardem, Torres, Selección Nacional...
Está claro que si queremos dejar las colas (paro, fracaso escolar, innovación, déficit...) deberemos aprender a ser positivos. Y esto es algo que hay que empezar a practicar desde ya. Lamentablemente la proximidad de las elecciones municipales volverá a poner nuestras vergüenzas al aire. El ventilador resulta imparable. Lo que indica la escasa madurez como país.
   No podemos ser el rabo del cerdo que aún queda por desollar, según la visión de algunos de nuestros 'hermanos europeos'. Más bien debemos ser -pese a quien pese- el toro bravo que empuje nuestro futuro.

Ladrones que no se jubilan, policías que derrochan

   Siete coches de policía y un furgón. “Un despliegue espectacular. Aquí ha habido una amenaza terrorista” comentaban los testigos presenciales.

   Se quedaron mudos al ver sacar de una nave industrial a un ladrón de avanzada edad renqueando. Presuntamente se había caído del tejado –la edad tampoco perdona a los rateros-. Su compañero de fechorías no aparecía. Y los policías estaban a la espera.

   Con la crisis hasta los delincuentes no se jubilan. No pueden. El derroche en medios de policía y coches con el gasto de gasoil añadido era muy comentado (criticado). Sucedió hoy, lunes 1 de febrero, en Madrid, muy cerca de El País. ¿Qué contará el diario?
(Este minicuento es tan real como la existencia de Zapatero)

ZP daña al PSOE

   La marca ZP daña a las siglas PSOE, de ahí la retirada previsible de quien la ostenta.

   Nadie como Zapatero hipotecó un partido con su apellido. ZP ha fagocitado el PSOE hasta hacerle perder sus señas de identidad: las que tuvo cuando se fundó, no las de estos últimos años. La inteligente estrategia de convertir un político en marca se ha vuelto contra sus creadores. El desprestigio de la marca ZP arrasa con todo lo que sustenta. La marca ZP ha perdido visibilidad contenido, consistencia y objetivo. Además de rentabilidad.
   Los expertos en 'personal branding' o marca pesonal deben estar muy desilusionados. El icono de este singular modelo está en retirada. Y no creo que ningún político acepte de nuevo traspasar el límite. ZP dejará una huella de la que pocos podrán sentirse orgullosos, salvo él mismo. A menos que nos sorprenda con la brutal sinceridad de estos últimos días y reconozca abiertamente que fue demasiado lejos al convertirse en una enseña.
   Ahora las campanas tocan arrebato y hay que tratar de regenerar un partido. Y llega Rubalcaba, el químico, para intentarlo.