lunes, 21 de marzo de 2011

El cabreo de Maruja Torres

   Uno de por sí ingenuo siempre ha creído que un periódico te pagaba por informar, opinar, en definitiva dar servicio al ciudadano. Pero con Maruja Torres -y no es la única/o que lo hace- también descubre que la columna se puede utilizar para contar los problemas domésticos.

   ...Lo peor se produce por la noche, en torno a las 21 horas, y precisamente en ese día en que llegamos a casa y soltamos diversas onomatopeyas de alivio al cerrar la puerta. Bien porque te dices "¡Al fin sola!", después de cerrar la puerta con el liberador taconazo. Te refocilas ante la idea de abrir una lata de atún y, sin ni siquiera depositar su contenido en el plato, engullirlo mientras te dispones a examinar la lista de grabaciones del iPlus, y, oh, sí, ahí está el último capítulo de Mad men. Entonces ocurre. En pleno inicio de tu momento cerda íntimo, cuando por ti podrían ensartar en una pica a todos los Gadafi de este mundo y además, por unas horas, no quieres noticias del exterior. Entonces aparecen ellos. La pareja Iberdrola. No tengo nada contra ninguna compañía energética en particular, aunque podríamos hablar mucho de lo que tengo en general. Pero les digo que lo peor es que una pareja de jóvenes adiestrados en dicho seno toquen el timbre de la puerta y, con su sonrisa Denticlor, afirmen que tienen una oferta para ti...
   Maruja debía de estar muy hasta las narices. Como bien dice se podría hablar largo y tendido sobre las energéticas en general. Valga un dato: subcontratan fuerzas de ventas, comerciales a los que no se pide experiencia y los ponen a patear las calles, subir a los hogares, pulsar el timbre, esbozar la sonrisa... La hora no importa. Estos pobres comerciales acaban siendo tan odiados como los teleoperadores/as que te llaman a casa a cualquier hora y si amablemente les dices que no quieres nada te cuelgan el teléfono. Al final esta humillada fuerza de ventas desgasta la suela de los zapatos y sólo concita odio y a veces ni cobra de las subcontratas de las grandes energéticas