viernes, 30 de diciembre de 2011

El muerto más célebre de 2011

A punto de terminar el año a las televisiones y medios en general les gusta la necrofilia. Sin rubor, en videos o en fotos, hacen desfilar a esos vivos que nos dejaron, esos que ya no estarán físicamente con nosotros, a nuestro lado. Esos muertos célebres, de los que hacen recuento morboso, vienen a ser el termómetro de nuestra existencia: en unos nos reconocemos y hasta nos sentimos huérfanos cuando se han ido; de los otros desearíamos que nunca hubieran nacido. En mi caso guardo luto, sobre todos los demás y por encima de todos, por el escritor Ernesto Sabato (creación en estado puro) y por la cantante Amy Winehouse (autodestrucción sin más). Sabato nos ha legado la palabra RESISTIR.

 Este verano que nos dejó ya le expresé a Sabato mi más sentida condolencia: “La gente joven está desesperanzada, ansiosa y cree en usted; no puede defraudarlos”, le llegó el mensaje como una súplica. Y no les defraudó. Ernesto Sabato es el verdadero líder para estos tiempos de crisis. “Sí, muchachos, la vida del mundo hay que tomarla como la tarea propia y salir a defenderla. Es nuestra misión. No cabe pensar que los gobiernos se van a ocupar. Los gobiernos han olvidado, casi podría decirse que en el mundo entero, que su fin es promover el bien común.” http://queunperiodico.blogspot.com/2011/05/sabato-es-el-camino.html


‘Antes del fin’ es uno de los libros más clarividentes de Ernesto Sabato. En sus páginas se destila indignación a raudales. Para mí es el líder no reconocido del 15-M, de cualquier movimiento que busque paliar (no digo eliminar, eso queda para los utópicos) la desigualdad. Sabato nos dijo adiós a punto de cumplir los el siglo.
Amy, atrapada en las drogas (el alcohol tan nociva o más que las otras), era una mujer muy vital, enérgica, en sus actuaciones transmitía su poderoso carácter. Tenía el poder hipnótico -al menos así lo creo- de las grandes actrices como la Magnani, Daves... y era consciente de su magnetismo.
En el canal 24 horas se mofaban de las kurdas que se cogía y se su autodestrucción. Es una pena.
Y reitero mi despedida:
Gracias, Amy, por las cosas buenas que nos has dejado. Por favor, sáquenla de la lista de los malditos. No la conviertan en un cadáver exquisito. Cuenten algo bueno de su vida. Sean constructivos. Sean medios de comunicación. No sean tan banales y superfluos. Gracias