domingo, 22 de noviembre de 2015

Hay vida después de ISIS

Los terroristas han conseguido ser nuestra obsesión, nuestro centro de atención casi permanente. Y eso es malo. Terrible que tengan nuestra mente en sus manos.

Hay vida después de ISIS, aunque estos criminales no sepan lo que es la vida. Y esa libertad que nos queda no puede ser ahora coartada por el miedo e inseguridad de quienes nos gobiernan cerrando ciudades y calles, acordonándolas como si fueran cárceles. No podemos estar presos en nombre del miedo. Eso también les hace felices a los terroristas. Una cosa es la alerta y otra tenernos inmovilizados.

¿Qué estará pensando hacer la policía de Bruselas? ¿Detener a miles de sospechosos? ¿Organizar una caza de brujas? Mal asunto”, plantea Juan Antonio Giner en twitter. 

viernes, 20 de noviembre de 2015

Dos maneras de plantarle cara a la voracidad de los banqueros

Leo con interés que Finance Watch, organización detrás de la cual se encuentran financieros arrepentidos, invita a los ciudadanos a exigir a la banca un compromiso mayor con la sociedad. Para lograr su objetivo ha puesto en marcha un simulador para averiguar si el sistema financiero cumple su verdadera función y de no ser así cambiarlo. Desde Finance Watch también se propone la creación de diques para proteger a los ciudadanos en caso de otro tsunami financiero.




Aunque esta propuesta me resulta utópica vale la pena intentarlo. Esta es una de las dos maneras de plantarle cara a la voracidad de los banqueros. La otra manera discurre por los canales oficiales de los que tan poco nos fiamos por eso de poner el lobo a cuidar a las ovejas. Nada menos que Christine Lagarde, directora del FMI, reclama sanciones penales a los banqueros y no sólo multas a los bancos. Lo dijo  a puerta cerrada durante una jornada de trabajo en la Reserva Federal de Nueva York, uno de los supervisores mundiales de la banca que más ha insistido en cambiar la cultura bancaria para fortalecer la integridad moral de los banqueros. 

Christine Lagarde, que calificó de “sistémico” el problema de la mala cultura y la conducta inmoral de entidades y banqueros, recuerda que el objetivo del sector financiero “no es sólo maximizar la riqueza de sus accionistas, sino enriquecer la sociedad con el apoyo de la actividad económica creando valor y empleo; en definitiva mejorar el bienestar social”. En esto coincide con los utópicos de Finance Watch que tratan de poner la banca al servicio de la sociedad.