sábado, 4 de marzo de 2017

El periodista no puede vivir de los errores ajenos

Si el Real Madrid o el Barcelona ganan un partido por los errores del contrario su público, ciertamente inteligente, sabe cómo valorarlo: tímidos aplausos.

En cambio, cuando un periodista o su diario dan con un error ajeno lo explotan hasta la saciedad. Veamos dos casos recientes aunque en las antípodas por el perfil de sus protagonistas.
 “Esta web es una mierda”. Para una vez que se sincera el presidente de Mercadona lo lapidan. Pero no le crujen cuando siendo de Valencia vende naranjas, conservas o pescado…del Magreb en sus centros comerciales.
Vayamos con el segundo error. El inocente Pablo Iglesias, aunque parezca tener más conchas que un galápago, en lugar de contar que habían hecho un ‘ERE’en una sucursal de Podemos, deja que alguno de los trabajadores afectados o un familiar lo filtre a la prensa.

Hace años ya que CCOO y UGT, defensores de los trabajadores, cayeron en el pecado del despido sin anunciarlo. Por tanto, nada nuevo bajo el sol.
Uno está harto, cansado y asqueado de éstos I. M. o S. no voy a dar sus nombres, son apellidos televisivos fáciles de adivinar.
No admito un periodista-Pilatos más. Abundan los que se lavan las manos después de arrojar la piedra.
A ver cuando aparece una información útil para el destinatario, que le facilite la vida o le oriente para evitar problemas.
La bazofia a cucharadas no puede ser lo que nos venden muchos medios de comunicación, digitales o no.